Monday, August 16, 2010

¿Esta la organizacion nacional de El Yunque reclutando sicarios para su guerra santa?


El sobrino del ex presidente del Comité Nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Manuel Espino Barrientos, fue detenido en septiembre de 2006 junto con otras seis personas que integraban un comando de presuntos sicarios, pero fue liberado días después porque un juez federal no encontró elementos para procesarlo.

Datos periodísticos, con base en información oficial, establecen que Hugo Francisco Zamora Ochoa, quien fue asesinado el miércoles pasado en esta ciudad, fue enviado a la Ciudad de México para ser indagado por la Subprocuraduría para la Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).

Sin embargo, sólo cuatro de los arrestados recibieron el auto de formal prisión, mientras que Zamora Ochoa y otros dos de sus acompañantes quedaron libres.

La detención del sobrino de Manuel Espino, ex líder blanquiazul, ocurrió el 8 de septiembre de 2006, cuando siete hombres que portaban pistolas y fusiles de asalto fueron aprehendidos por elementos policiacos en el estacionamiento de un centro comercial; supuestamente el grupo pretendía ejecutar a una persona.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 2:30 de la tarde en las avenidas Paseo de la Victoria y Teófilo Borunda; cuatro hombres armados ingresaron a un gimnasio ubicado en el complejo comercial en busca de su objetivo, pero no lo encontraron.

Personal del negocio, al ver que los individuos estaban armados, les preguntó si eran policías y a quién buscaban. Los supuestos sicarios le respondieron que iban “a matar a un vato”, dijo un oficial de la AEI cercano al caso.

Luego, los pistoleros se introdujeron al “mall” y recorrieron los pasillos, pero tampoco hallaron a su presa.

El gerente de un establecimiento se comunicó al Servicio de Emergencia 060 para reportar los hechos, por lo que una gran cantidad de unidades de las policías Municipal, Ministerial y Cipol llegaron al sitio.

Durante el operativo localizaron primero una camioneta Durango gris modelo 2003, en donde estaban cuatro hombres armados.

Los detenidos en este vehículo fueron identificados como Carlos Alberto de la Cerda, Arturo de la Rosa Carrillo, Hugo Becerra Hernández y Jesús Patricio Hernández Cervantes.

La Durango resultó con reporte de robo en Arizona y en su interior se localizaron varias armas de fuego.

Los arrestados, al ser interrogados por los policías, dijeron que en el mismo estacionamiento se encontraba otra parte del comando armado.

Los agentes se dirigieron a la parte posterior del centro comercial y localizaron un Jeep Liberty rojo, donde se encontraban Roberto de la Cruz Jurado, Josué Isaac Chacón Orozco y el familiar de Espino Barrientos, Hugo Francisco Zamora Ochoa.

A todos los detenidos se les decomisaron armas, que en conjunto fueron tres rifles de asalto R-15, un “cuerno de chivo” AK-47, dos pistolas .9 milímetros y una calibre .40.

Uno de los sicarios dijo a la policía que “trabajaban para personas muy pesadas”, pero no proporcionaron sus identidades.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, los pistoleros fueron llevados a las instalaciones de la Agencia Estatal de Investigación, donde fueron presentados a los medios de comunicación.

Luego ahí en el lugar, las corporaciones policiacas, incluso la Agencia Federal de Investigación, así como el Ejército Mexicano, rodearon el edificio de la AEI para evitar que los detenidos fueran rescatados.

De manera inusual, las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia de la Zona Norte fueron prácticamente sitiadas por al menos ocho decenas de agentes de la AEI, AFI, Cipol y elementos del Ejército Mexicano a bordo de seis tanquetas, tres de ellas con ametralladoras, las cuales se colocaron en posición de combate en puntos estratégicos.

Los hombres fueron trasladados a la ciudad de México en medio de un fuerte operativo de vigilancia, una vez en la capital del país fueron puestos a disposición de la Siedo.

Allí, el 15 de septiembre de 2006 los siete detenidos fueron consignados ante un juzgado de Distrito. Sin embargo, el 20 de septiembre el juez les dictó auto de formal prisión sólo a cuatro de ellos.

De la Cruz Jurado, Chacón Orozco y Zamora Ochoa quedaron en libertad porque la autoridad no encontró elementos para procesarlos, se dio a conocer.

Existen antecedentes documentados de el uso de la violencia, el asesinato y el terrorismo por parte de la militancia de El Yunque para promover sus ideologias politico-religiosas. No es imposible pensar que algunos de los asesinatos ocurridos a raudales al cobijo de la guerra santa de Felipe Calderon sean motivados politicamente.

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