Wednesday, May 30, 2012

Externa EU preocupación por ligas del narco con mandos del Ejército

WASHINGTON (apro).- El gobierno de Barack Obama externó su preocupación por los casos de presunta corrupción por narcotráfico en mandos del Ejército de México, aunque rechazó reconocer que esto afecte la cooperación antinarcóticos, como reportó este miércoles el periódico The New York Times. “Cualquier acusación de corrupción y derechos humanos nos preocupa. Pero es por ello que trabajamos de manera diligente con el gobierno mexicano”, declaró Mark Toner, el vocero del Departamento de Estado. En su edición de este martes, el diario estadunidense The New York Times publica un amplio artículo en el cual sostiene que la cooperación antidrogas de Estados Unidos con México está dañada debido a los recientes arrestos de mandos militares en el Ejército Mexicano por su presunta relación con el narcotráfico, entre éstos el del general Tomás Ángeles Dauahare. “El caso más grande de corrupción militar en años recientes, ha empeorado la ya de por sí fragmentada relación entre agentes y funcionarios federales estadunidenses con el Ejército de México”, sentencia el artículo del periódico más importante de Nueva York. Cuestionado sobre lo que publica el rotativo, el vocero del Departamento de Estado dijo que el gobierno de Obama no podía hablar sobre lo reportado por The New York Times. “Estamos trabajando por medio de la Iniciativa Mérida para fortalecer a las instituciones de México, con el objeto de que puedan afrontar estas acusaciones de corrupción”, aseguró Toner. La semana pasada, en su reporte anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, correspondiente al 2011, el Departamento de Estado destacó que el Ejército y la Marina son las entidades del gobierno de México que cometen más violaciones de derechos humanos dentro del marco de la lucha contra el narcotráfico. El gobierno de Obama destacó en su reporte, que pese a las denuncias de estas violaciones de derechos humanos, el gobierno de Felipe Calderón ha optado por la impunidad, en lugar de castigar en cortes civiles a los militares y marinos. Para sostener esta conclusión, The New York Times, uno de los diarios más influyentes y poderosos de Estados Unidos, retoma el caso de los cuatro mandos del Ejército Mexicano, entre éstos Ángeles Dauahare, quienes se encuentran arraigados luego de que la PGR los detuviera por sus presuntos lazos con la organización del tráfico de drogas de los Beltrán Leyva. “Para algunos (funcionarios) estadunidenses, los arrestos confirman la vieja preocupación –de la vulnerabilidad a la corrupción– del Ejército, que ha despertado otra vez preocupaciones sobre qué tan cercanamente está ligado al cártel (de los Beltrán Leyva)”, puntualiza el rotativo neoyorquino. El artículo anota que el punto más álgido de las preocupaciones y desesperación del gobierno estadunidense para con el Ejército, se dio en 1999 cuando presuntamente éste se negó a actuar –bajo información de inteligencia de Estados Unidos– contra Los Beltrán Leyva en Cuernavaca, Morelos. Las agencias de inteligencia de Estados Unidos en México, ubicaron a Arturo Beltrán Leyva en un departamento en Cuernavaca, pero aparentemente el Ejército Mexicano se abstuvo de actuar contra el capo, por lo que la operación fue llevada a cabo por la Marina. The New York Times informa que el año pasado “concluyó de manera abrupta” una reunión “entre agentes federales estadunidenses y mandos del Ejército Mexicano”, con el fin de enmendar sus diferencias. Incluso un funcionario estadunidense que habló por el periódico, aseguró que el encuentro que duró aproximadamente 15 minutos, fue un “hola y adiós”. De acuerdo con el artículo, la deteriorada relación entre los militares mexicanos y los agentes y funcionarios estadunidenses, se debe a los cables diplomáticos que envió a Washington el exembajador Carlos Pascual, revelados por Wikileaks. “Ahora, varios funcionarios y exfuncionarios de Estados Unidos sostienen que el arresto de tres generales y un teniente coronel, acusados de agregar a sus salarios ingresos provenientes del trasiego de drogas, ha sacudido a la institución marcial”, subraya el artículo de The New York Times. Entre las conclusiones de funcionarios, agentes, exagentes y exfuncionarios que hablaron con el rotativo, se afirma que la Administración Federal Antidrogas (DEA) restringirá su relación con el Ejército Mexicano. “Funcionarios estadunidenses dicen que no está claro si hubo una urgencia oculta (por el arresto de los cuatro militares), o si la detención meramente refleja el alboroto en el Ejército en el preámbulo de las elecciones presidenciales del 1 de julio; y por la designación que haga el ganador de los comicios del próximo secretario de la Defensa Nacional”, remata el artículo de The New York Times.

Saturday, May 5, 2012

Bin Laden pretendía entrar a EU a través de México

MÉXICO, D.F. (apro).- El gobierno de Estados Unidos publicó una serie de documentos incautados a Osama Bin Laden en su escondite en Pakistán, en uno de los cuales el jefe de Al Qaeda instruyó a sus subordinados para que reclutaran a un agente que tuviera un pasaporte mexicano válido, a fin de que pudiera ingresar a territorio estadunidense legal o ilegalmente. Según los textos, difundidos en el sitio de Internet del Centro para el Combate del Terrorismo, de la academia West Point del Ejército de EU, el jefe de Al Qaeda planificó hasta su muerte nuevos ataques terroristas a gran escala contra el país del norte. Los más de seis mil documentos, asegurados en mayo de 2011 por soldados de las fuerzas especiales que mataron a Bin Laden en Abbottabad, fueron hallados en cinco computadoras, decenas de discos duros y más de cien archivos. En ellos, Bin Laden aparece como un individuo muy apegado a sus creencias religiosas y a quien le preocupaba que algunos miembros de Al Qaeda, que hubieran jurado su lealtad a Estados Unidos, violaran la ley islámica participando en ataques en territorio estadunidense. Además, comprendió que grupos como Al Qaeda en Irak desprestigiaban a la organización con acciones como las matanzas de civiles y el degüello televisado de cautivos. En 2010, el líder de Al Qaeda escribió: “Me propongo difundir una declaración de que iniciamos una nueva fase para corregir (los errores) que hemos cometido. Al hacerlo así, reclamaremos, Dios mediante, la confianza de un gran segmento de aquellos que han perdido la fe en los yihadíes”. Hasta el fin, Bin Laden se concentró en ataques a estadunidenses y en conjuras, aun improbables, para matar a líderes de Estados Unidos. Especialmente quería atacar aviones en los que viajaban el general David Petraeus e incluso el presidente Barack Obama, por considerar que un asesinato de esa magnitud elevaría a la presidencia al vicepresidente Joe Biden, “sin preparación”, y sumiría Estados Unidos en una crisis. Una de las acciones que ofendió a Bin Laden, de acuerdo con los textos, es que Faisal Shahzad, de origen paquistaní y quien había jurado lealtad a Estados Unidos al adquirir la ciudadanía de este país, apenas un año después de la ceremonia hubiera intentado detonar un vehículo cargado con explosivos en Times Square en Nueva York, en mayo de 2010. Bin Laden escribió que si se consiguiera un agente con pasaporte mexicano válido podría operar en EU sin violar un juramento.