Entre Ilegalidades Imponen el Bipartidismo PRI-PAN

Nota de Blogotitlan

Como siempre fue el sueño de Carlos Salinas de Gortari, en medio de ilegalidades impunes de empresarios y medios televisivos, estas elecciones para renovar el Congreso federal (y algunos otros puestos de poder) resultaron en el bipartidismo ansiado por el líder común de PAN y PRI, el llamado "capo di capi" Carlos Salinas.

Constitución y Cofipe fueron un estorbo a la "libertad de expresión" inapelable de los hombres de negocio y magnates de la televisión, que depredan y deciden en el país. Por eso no le hicieron caso. Pero como en México hay una "democracia perfecta", el que quiera brincar tiene su derecho al pataleo. Ahí cuando "las instancias judiciales" resuelvan si fue legal o ilegal, ya no habrá nada qué hacer. "Palo dado, ni Dios lo quita".

Que la ruina de México la iniciara el PRI con su tecnocracia hoy triunfalista, a nadie pareció importarle si el PAN en 9 años devastó más al país que el PRI en 70. Que en una situación de penuria se quiera vender el único recurso para obtener dinero, tampoco tuvo relevancia, si tanto PAN como PRI pueden "salvar a la Patria" concesionando los yacimientos (mediante la inevitable "comisión") a las trasnacionales petroleras.

Los resultados electorales muestran que o los electores son unos ignorantes que sólo de dejan guiar por la televisión, o es una masa homogénea de cínicos previsibles que alternan los malos con los peores en una ficción de democracia.

Ya lo habían anticipado las encuestas contratadas, como un guión previamente preparado que los resultados comiciales habrían de comprobar: La gente ignora, olvida y perdona de inmediato aunque esté en la ruina. Prefiere que sus verdugos vuelvan a ejecutarla. Bipartidismo a la mexicana con vocación sadomasoquista.

Si 48 niños mueren quemados en una guardería de Sonora, la culpa se concentra en un empresario-político emblema del abuso del poder, a fin de desviar la atención del contratismo y tráfico de influencias que originó la desgracia. Al cabo que uno puede ser prescindible.

Pero ninguna tragedia local ni ruina económica nacional, ni violencia o inseguridad general, ni corrupción ni impunidad en las que PAN y PRI se hacen una, parecieron tener el mínimo efecto en la decisión de votar. Sólo hubo de dos sopas, sin entremés ni plato fuerte y menos postre. Como ambos partidos son lo mismo, sólo había que cambiar de siglas para pretender que cambia el país.

Ese "milagro" del bipartidismo manipulado, parecido al triunfo mayoritario e inobjetable de Felipe Calderón en 2006, no parece culpa de los electores, sino más bien un manejo fríamente calculado y manejado por la Cleptocracia adueñada del poder en México.

Rompe toda lógica que de un plumazo, sin considerar calamidades y sufrimientos que parecen no haber afectado en lo mínimo a los electores ni al país, "desaparezcan" todos los partidos salvo PRI y PAN (hoy entronizados con su nueva mayoría complementada con el "Verde Ecologista") como si hubieran dado buenos resultados y justificado la confianza. En las circunstancias actuales, esos resultados bipartidistas son, por decir lo menos, antinaturales.

La elección del 5 de julio del 2009 borró la democracia en México e impuso el bipartidismo soñado por la Cleptocracia autóctona, con sólo partidos satélites acomodados a los intereses de los poderes fácticos.

Perdió Calderón, pero ganaron sus patrocinadores.