Finalmente, un alto fundionario del Gobierno federal no identificado reconoció que el montaje fotográfico en que aparece el "Jefe de jefes", cubierto de billetes ensangrentados, fue deliberado y obra de los mismos elementos de la Marina. La muerte de Arturo Beltrán Leyva y la presentación de su cadáver como trofeo inicia una nueva estrategia federal de combate al crimen organizado, en la cual “el gobierno no va a tener miramientos”, sentenció. 2009-12-19 | Milenio semanal. Foto: Reuters.
Uno de los marinos comenzó a colocar con sumo cuidado billetes de 500 pesos y de 100 dólares encima del capo muerto. El cadáver de Arturo Beltrán Leyva, adornado como un trofeo para los fotógrafos, se convirtió en el nuevo mensaje de guerra lanzado por el gobierno federal contra el crimen organizado.
“Vamos a actuar como si estuviéramos en una situación de guerra, ¡porque lo estamos!”, resume un alto funcionario del gobierno federal consultado por M Semanal, el cual reconoce que la difusión nacional e internacional de las fotos del cuerpo del narcotraficante, en vida conocido como El Barbas, no es un error o una casualidad sino que forma parte de una nueva táctica en la estrategia de combate al crimen organizado, en la cual el gobierno “hará valer de manera contundente el monopolio de la fuerza que posee”. Con euforia, el alto funcionario sentencia: “El gobierno va a ir por los criminales y no va a tener miramientos, eso es lo que significa esa fotografía”.
Asimismo, una participación cada vez más relevante de la Marina Armada y la llegada del polémico Almirante Wilfrido Robledo Rincón a la dirección de la nueva Policía Ministerial Federal (antes AFI), forman parte de esta nueva fase lanzada justo a la mitad del sexenio del presidente Felipe Calderón, en momentos en que crecen las críticas por el fracaso de su cruzada contra el narco. “Teníamos que tomar la decisión de entrar de lleno a combatir esta situación como si fuera realmente una guerra, y eso es lo que estamos haciendo ya”.
DE CRIMINALES A COMBATIENTES
El analista Javier Ibarrola, uno de los mayores conocedores del ámbito militar mexicano, dio a conocer el pasado 16 de diciembre —un día antes de la caída de Beltrán Leyva— que al interior de las Fuerzas Armadas se ha estado exigiendo un cambio a la estrategia de combate al narco lanzada en diciembre de 2006.
De acuerdo con un alto mando militar citado por el editorialista de MILENIO Diario, a un “enemigo” como el narco hay que enfrentarlo de manera decidida y “los únicos organismos organizados, capacitados, equipados e integrados y con verdadera unidad de doctrina como lo establecen las leyes y cuya responsabilidad es garantizar el orden interno, además de otras obligaciones que complementan sus funciones, son las fuerzas armadas, en sus correspondientes ámbitos de acción”.
Los narcotraficantes ya no serán vistos como simples delincuentes, sino como combatientes. Bajo esta mirada, coincide el funcionario federal consultado por M Semanal, será como se libre de ahora en adelante “la guerra contra el narco”.
EL INICIO
El jueves 17 de diciembre, día simbólico en que dio comienzo “la cacería oficial”, los marinos llegaron a un hospital de Morelos donde convalecía un pistolero malherido tras el tiroteo de la narcoposada en la que fueron detenidos Ramón Ayala, músicos de Los Cadetes de Linares e integrantes del grupo Torrente. El sicario estaba moribundo y en el lecho les dio a los marinos la ubicación del departamento donde se encontraba escondido Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.
No se sabe a bien si el gatillero murió o si se encuentra recuperándose. Pero el dato que proporcionó fue clave horas después para que “la guerra contra el narco” de Felipe Calderón tuviera, en su momento de mayor crisis, un gran respiro al lograr la caída de uno de los principales capos del narcotráfico.
Al llegar al fraccionamiento Altitudes en Cuernavaca, los marinos recorrieron palmo a palmo el condominio donde se encontraba escondido Beltrán Leyva. La batalla comenzó al poco tiempo. Desde el segundo piso del edificio El Barbas y tres de sus escoltas personales empezaron a lanzar granadas contra los marinos que trataban de llegar hasta el departamento donde también había dos mujeres (de 18 y 44 años) que salvaron la vidas al esconderse en el baño del inmueble.
Además de armas de grueso calibre, los sicarios de Beltrán Leyva usaron granadas de fragmentación. Los marinos emplearon granadas explosivas, las idóneas para realizar un asalto como el que se pretendía. En algún momento del enfrentamiento, tras el inminente avance de los marinos al departamento, dos de los pistoleros se aventaron por la ventana y murieron entre fracturas múltiples o cosidos a balazos.
Arturo Beltrán Leyva cayó abatido en cuanto ingresó el primer equipo de marinos al departamento disparando su M-4, un rifle muy parecido al famoso AR-15. El cuerpo quedó destrozado pero se alcanzó a constatar que La Muerte —otro de los apodos de Arturo Beltrán Leyva— se despidió de este mundo con tenis blancos y mucho más gordo que en las anteriores fotos que se conocían de él. Estaba sonriente. Traía, sobra decirlo, barba de candado.
Uno de los cuartos del departamento donde murió Beltrán Leyva estaba atiborrado de juguetes. El televisor de esa habitación, marca Disney, era rosa y con dibujos de las princesas de la marca. Otro cuarto, donde se piensa que dormía Beltrán Leyva, tenía un enorme cuadro del Señor de Chalma, así como también un ropero donde además de pantalones y camisas vaqueras había decenas de fotografías en las cuales aparecían otros artistas y grupos de música norteña, la favorita del Jefe de jefes.
SUCESIÓN
De quienes se conocieron como Los Tres Caballeros, solamente queda uno en activo. Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva y la anterior detención de Alfredo, El Mochomo, solamente queda en activo Mario Alberto (también conocido como Héctor), quien podría reemplazar a su hermano en la conducción de la célula criminal. Otro posible sucesor sería Edgar Valdez Villareal, alias La Barbie, pero según informes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), este pistolero nacido en Laredo, Texas, murió hace un par de meses en Morelos, aunque en la Marina Armada y el Ejército no hay certeza sobre esta información.
Otra posibilidad es que Los Zetas, con quienes se alió la célula de los Beltrán Leyva, se queden con la estructura que lograron conformar Los Tres Caballeros tras su escisión del Cártel de Sinaloa dirigido por Joaquín El Chapo Guzmán.
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