Cascos blindados, placas de nivel superior de protección contra ataques de AK-47 y equipos tácticos para las policías comercializa la empresa de Miguel Caballero.
The New York Times lo llamó El Armani de la ropa blindada. El calificativo no le incomoda al diseñador Miguel Caballero, empresario colombiano, quien en la industria de la seguridad personal ha posicionado en el mundo la firma que lleva su nombre al confeccionar trajes, chamarras, guayaberas, camisetas y chalecos que pueden resistir la penetración de un cuchillo o el impacto de una pistola nueve milímetros.
Caballero dice que el mercado mexicano ha tenido un crecimiento importante, no sólo por la lucha de las fuerzas federales —uno de sus principales clientes— contra la delincuencia organizada, sino también porque las personas consideran sus productos como una necesidad que puede salvarles la vida.
Para este año, la empresa Miguel Caballero suscribió una alianza con la firma Eurocopter de México para blindar sus helicópteros que dan servicio a personas “VIP” pues algunas de estas naves han sido atacadas con armas de fuego de largo alcance, dice el empresario.
Sin revelar cifras, en entrevista asegura que en el sector privado es donde sus ventas han tenido un incremento significativo en los últimos años, pues hoy más de 40% de sus ventas provienen de este sector.
Caballero es un hombre discreto, no dice los nombres de sus clientes, pero se conoce que su ropa blinda ha vestido al príncipe Felipe de España; al ex presidente de Colombia Álvaro Uribe; al juez español Baltasar Garzón y al presidente de México, Felipe Calderón.
En su stand, de la Expo Seguridad México, muestra uno de sus nuevos productos, una camiseta (underwear), de material 100% flexible que sólo pesa 800 gramos que resiste el impacto de un arma de fuego.
Entre los productos que más solicita el mercado mexicano, agrega, se encuentran las guayaberas blindadas, camisetas de uso interior y chamarras impermeables, cascos blindados, placas de nivel superior de protección contra ataques de AK-47 (cuerno de chivo).
También equipos tácticos para las policías y las fuerzas del orden para grupos especiales de “inserción e ingresos rápidos”, así como botas tácticas, cascos, escudos, chalecos, detectores de minas, entre otros.
Par el empresario, en México, a partir de la lucha del gobierno federal en contra del crimen organizado y el narcotráfico, la demanda de estos productos ha crecido por el problema de la delincuencia que demanda más productos, pero eso sólo es un factor que no es decisivo.
“Los países donde nosotros vendemos no es donde hay guerra, es donde hay prevención. México hoy tiene un problema por la lucha contra la delincuencia, pero no significa que sea el país más peligroso del mundo. Lo que se observa es que las personas están invirtiendo más en prevención”, añade.
Dice que hace cinco años, cuando su firma se estableció en México, desconocían cuál sería la reacción de los gobiernos frente al problema. “Soy un profundo admirador y respeto la tarea en la que se embarcó el presidente Felipe Calderón, pero no sólo es una guerra de él, sino de la sociedad civil contra un grupo que puede desestabilizar el país, nosotros ya lo vivimos en Colombia”, expone.
Para que sus productos no lleguen a manos del crimen organizado, Caballero asegura que antes de vender una prenda se investiga a los clientes en la llamada Lista Clinton (del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que identifica a quienes tienen vínculos con el narco y el terrorismo en el mundo).
“No trabajamos con particulares, sólo vendemos a corporativos y compañías, y para mayor seguridad cada prenda tiene un código y número oculto en cinco puntos, si la prenda la compra un testaferro y la encuentra la autoridad, puede venir a decirme por qué la entregó a un tercero, y eso no ha ocurrido”.
—¿Se le considera el Armani de la ropa blindada?
—Yo no me considero Armani, y le guardo un enorme respeto a él. Mi trabajo en la compañía es inventar soluciones balísticas. Lo que nuestros clientes saben es que somos una solución de protección exclusiva, que no va a tener todo el mundo. Lo barato en seguridad sale caro.
El Universal
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