MÉXICO, D.F. (apro).- Una operación encubierta en Texas para arrestar a un grupo de presuntos “Zetas” al momento de una entrega de droga, terminó en una balacera que cobró la vida de un civil –que colaboraba con las autoridades estadunidenses– y dejó a un policía herido.
El incidente ocurrió en el condado de Harris, en la zona metropolitana de Houston, cuando un infiltrado que se hacía pasar por camionero conducía hacia el lugar donde entregaría un cargamento de más de 130 kilos de mariguana.
De la nada, tres camionetas con presuntos “Zetas” a bordo emboscaron el tráiler y abrieron fuego contra la cabina, matando al conductor.
Luego de la agresión, el jefe de la División en Houston de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Javier Peña, advirtió:
“No vamos a tolerar este tipo de maleantes allá afuera usando sus armas como si estuvieran en el salvaje oeste. Vamos a ir tras ellos”.
Los principales diarios fronterizos en Estados Unidos han calificado el ataque de los “Zetas” como una emboscada al “estilo mexicano”, debido al gran número de incidentes similares que ocurren en el sur del río Bravo.
Según reportes de las autoridades, cuando los narcotraficantes abrieron fuego contra el camionero los agentes arribaron al lugar y repelieron la agresión con el objetivo de aprehender a los atacantes.
La refriega terminó con un oficial herido en la pierna y el conductor del tráiler sin vida.
Hasta el momento las autoridades han capturado a cuatro sujetos: Eric de Luna, Fernando Tavera, Ricardo Ramírez y Rolando Reséndiz, quienes dijeron que pertenecen a una célula de “Los Zetas” que opera en Texas.
Sin embargo, las autoridades intentan descifrar por qué este grupo criminal autorizó un ataque tan violento en suelo estadunidense por apenas 130 kilogramos de mariguana.
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