Tuesday, September 14, 2010
14 de Septiembre de 2010 - A proposito de la celebracion de Independencia
Sirenas.
Sirenas otra vez, inexorables. Inconsecuentes.
Aullidos que no se dirigen a ningún lugar, a ningún propósito.
El absurdo prevalece en México, y lo aceptamos por cotidianeidad. Admitimos la locura en nuestras vidas como si fuera un pariente desahuciado a la mesa familiar, deseando que le llegue su hora sin atrevernos a hacer maldita cosa al respecto y a la vez sintiéndonos culpables por lo que percibimos como nuestra falta de estoicismo, a la luz de la propaganda que nos dice que debemos estar unidos ante la adversidad y aceptar la pérdida de nuestras libertades en aras de nuestra propia seguridad.
Viejísima fórmula.
Hoy hago mi ronda por los medios electrónicos y de nuevo encuentro unas noticias que se antojan chistes del más bajo gusto. A nivel local, el ‘Gobernador’ Reyes Baeza huye por ‘respeto a la administración entrante’. La procuradora, sonriente como siempre, como hiena de circo, declara que las ejecuciones de mujeres en Juárez no serán procesadas como ‘feminicidios’ sino como ‘narcocidios’, como si un juego de palabras cambiara el hecho de que ambas categorías de barbarie serán completamente impunes.
A nivel nacional, y en un nuevo embate integrador con miras sin duda a poner un clavo mas en el ataúd de los derechos de los estados y los municipios, el gobierno federal a través del PAN propone cambiar el nombre de ‘Estados Unidos Mexicanos’ a simplemente ‘México’ como si la guerra santa que crearon y alimentan no fuera suficiente para expandir el poder del gobierno federal de manera sin precedentes desde el porfiriato, proponen que ya no halla estados. Solo México. Más fácil de devorar.
En los albores del nuevo milenio, días antes del aniversario de nuestra supuesta independencia, mi país natal arrastra las cadenas que siempre arrastró. El Imperio Romano es hoy mas fuerte que nunca en México, si bien este ha dejado de llamarse Nueva España y aquel mismo ha cambiado también de nombre. Se fueron los intermediarios de la conquista, los españoles, pero el Cesar, estos días llamado el Papa, y su arquitectura burocrática siguen pavoneándose en los asuntos nacionales.
No hace falta mas que recordar el despliegue de sumisión del expresidente Fox ante la visita de Karol Wojtyla que puso a liberales a temblar de rabia. Y a no partisanos, de risa.
No hace falta más que investigar qué es la organización nacional de El Yunque y quiénes se cobijan en sus sombras para saber que independencia del Vaticano jamás hubo. Ni habrá.
Por otro lado, la demonización de México en el extranjero continúa su paso apabullante. Hillary Clinton devela su opinión –que a razonar de algunos es en realidad su agenda- sobre México nada más y nada menos que frente al Consejo de Relaciones Exteriores, o CFR por sus siglas en inglés. Según esta noción, la debacle en México ha alcanzado niveles comparables a una insurgencia. La retórica que se esta utilizando en los foros internacionales para hablar de México es una retórica de consecuencias extremadamente serias, que ponen al país en el mismo conjunto de estados fallidos como Afganistán o Pakistán. Y la solución a estos ligeros inconvenientes es de todos conocida.
De nuevo, se requiere un poco de curiosidad insolente para investigar por quiénes esta compuesto este organismo supranacional y supragubernamental que en efecto gobierna la vasta mayoría de las relaciones diplomáticas entre países. El Council on Foreign Relations.
Empresarios todos, liderados por el arquetípico David Rockefeller, cuya semejanza con el Montgomery Burns de Los Simpson debe ser mas que casual, son personajes de las más altas esferas económicas y políticas. Y ninguno de ellos ha sido electo democráticamente, sin embargo son los ‘hacedores de reyes’ del mundo moderno.
Levantan y deponen presidentes, dictadores, insurgentes. Financian conflictos en donde se les permita por razones mas bien ideológicas, pero claro, ¿quién desprecia un dólar en estos días aciagos?
Y, ¿cuál ideología, te preguntas?
Globalización, integración, Nuevo Orden Mundial. Uno, uno, uno. Una policía, un gobierno, un banco y una moneda, una institución de salud, una constitución.
E Pluribus Unum.
Esquizofrénicamente, el concepto de uno, uno y nada más que uno se martillea sin cesar en las vidas de los ciudadanos de todos los países.
¿Gripe porcina? Una autoridad global.
¿Crisis económica? Una autoridad global.
¿Cambio climático? Una autoridad global.
Y, ¿porque deberíamos preocuparnos de esas quimeras en México, especialmente con tantos problemas internos que tenemos ahora?, me preguntan.
Porque existen múltiples evidencias de que lo que esta ocurriendo en México es consecuencia directa de esas manipulaciones desde la cúpula del mundo. Porque lo que los globalistas quieren es la creación de una interdependencia entre los países de Norteamérica que les permita la apropiación de los recursos naturales y humanos que hay en México.
El desenvolvimiento de la política entre México y EUA desde tiempos de Echeverría hasta hoy muestra una línea clarísima de integración y entreguismo por parte de México, con aún mayores concesiones llevadas a cabo al cobijo del TLC de tiempos de Salinas, que evoluciono en el ASPAN de tiempos de Fox y la Iniciativa Mérida de tiempos presentes.
El títere cambia, pero la escenografía y la trama no. Necesitamos, por fuerza, ver esto.
Si esta integración fracasa en el nombre de la Prosperidad, se llevara a cabo en nombre de la Seguridad. De ahí el conflicto, la sangre, el sacrificio.
¿Pruebas, dices?
Intenta, por ejemplo, una búsqueda rápida en Internet acerca del avión de la CIA que se estrello en Yucatán en 2007 con 3 toneladas de cocaína, con dirección a EUA.
Intenta prestar atención a la creciente oleada de cuestionamientos que la historia oficial de los ataques terroristas del 11 de Septiembre en EUA está sufriendo, la cual es completamente ignorada por los medios mexicanos.
Intenta descifrar el secreto a voces que dice en las calles que el gobierno federal de México está tratando de integrar el tráfico de drogas en un solo cártel, concentrando sus fuerzas en el combate a los cárteles de oposición, a pesar de la estrategia mediática manifestada en diminutivas detenciones en prenda que tratan de hacernos creer que la lucha es contra todos los cárteles por igual.
Síguele el hilo al recurso dramático que cada vez más equipara las organizaciones criminales con organizaciones terroristas.
Pruebas hay, y muchas. Lo que falta es tiempo para revisarlas todas. Y voluntad, mucha voluntad.
Los mas trágico del asunto es que lo que esta sucediendo en México es obra de todos, aún de quienes estamos en desacuerdo. La omisión es una acción también.
No tenemos porque aceptar vivir así. La delincuencia y la inseguridad son evidencia de que la sociedad esta amedrentada, lo cual es exactamente lo que los globalistas desean, una sociedad en shock, incapaz de analizar críticamente las acciones que se están llevando a cabo.
El uso de las fuerzas armadas para cuestiones de seguridad interna es una incongruencia constitucional de enormes magnitudes que personas mas calificadas que yo han expuesto una y otra vez.
Pero, más importante, es algo que no habríamos permitido como sociedad, si no se nos hubiera expuesto antes a la violencia. Dialéctica Hegeliana. Problema, Reacción, Solución.
Causa un problema, espera la reacción, provee tu solución.
Y analizándolo fríamente, el uso de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico únicamente alzó los niveles de violencia a nivel nacional y nos puso en entredicho como país ante el mundo.
Coches bomba, cuerpos desmembrados, magnicidios, ingobernabilidad absoluta.
Debemos, por dignidad, preguntarnos. Por autoestima. ¿Es preferible una guerra santa a una paz corrupta?
Después de todo, las muertes por el combate al narcotráfico empiezan a acercarse a las muertes por uso de drogas duras. El uso del Cannabis o Mariguana por si solo, por otro lado, jamás ha causado una sola muerte a nivel mundial desde que se llevan estadísticas.
Contrariamente al tabaco. Al alcohol.
Algo para considerar.
También, los mas analíticos -¿paranoicos?- nos preguntamos si acaso la guerra contra el narcotráfico no fue iniciada con el expreso objetivo de provocar una desintegración nacional de tal grado que requiera la intervención de fuerzas extranjeras, cosa que ya se vislumbra desde hace tiempo en la frontera norte.
¿Qué tal si el papel del títere Felipe Calderón en esta farsa era exactamente lo que logró, terminar con la paz relativa que habíamos tenido desde el último conflicto armado nacional?
Después de todo, la falla es tan monumental que cuesta trabajo pensar que es fortuita.
Y no hace falta mucho estudio para darse cuenta que los presidentes mexicanos siguen órdenes del extranjero, no perdamos de vista que son educados allá.
No es mi intención postular a la ligera una solución a un problema que a mi parecer fue causado por décadas de planeación por mentes mil veces superiores a la mía.
Además, pudiera ser que el problema ni siquiera tenga solución. Pudiera ser que el Nuevo Orden Mundial de hoy fue el Nuevo Orden Mundial de tiempos de Alejandro Magno, o Julio Cesar, o Moctezuma. Pudiera ser simplemente que tal es la naturaleza de la civilización. Tragarse al mundo.
No obstante, ningún problema puede aspirar a ser resuelto por la ignorancia, la indiferencia y el consentimiento.
Y claramente, en estos días, México se encuentra en problemas que se agudizan sexenio tras sexenio, títere tras títere.
¿Que clase de loco viene detrás de Calderón, a sacar provecho de un país en donde se ha aceptado al ejército en las calles, la ley marcial, los toques de queda?
Un país en donde los poderes fácticos están dirigiendo claramente las acciones del gobierno, y más importante, su relación con el pueblo, al que debería estar subordinado.
¿Que sigue, un dictador militar globalista? ¿Un Pinochet?
Talvez no halla una solución absoluta, y talvez es cierto que la vida cotidiana es mas importante que el ámbito en que esta se desarrolla. Pero esa no es razón para cerrar los ojos ante la tempestad que viene. Los globalistas no van a detenerse. La brutalidad que usen en contra de los pueblos no tendrá satisfacción si lo dejamos a su arbitrio.
Una cita de Benjamín Franklin me parece apta para cerrar este escrito.
‘Un pueblo que cambia libertad por seguridad no merece ninguna de las dos.’
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